Sólo cordero y ensalada, como manda la tradición por estas tierras.
Si busca un sitio romántico y con velas... Olvide... El horno de asar de Pablo Martín y su hijo José Luis es otra cosa. Se esconde en un vieja casa de adobe, con alguna que otra telaraña y un pasillo breve que nos lleva desde la calle desangelada al olor inolvidable de la carne a punto de llegar a su punto.
Si pruebas este Cordero, ninguno te parecerá igual de bien asado en tu vida. Eso sí, llama con 15 días de antelación o no tendras mesa. Es muy pequeño, pero pronto se inagurará el nuevo asador.
Casa Pablito
Corral de Ayllon
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